Diario Comunal 318: La educación camina rumbo a la desescolarización.
Esto aunque no es
nuevo, podemos entenderlo, como una ruta que vincula realmente la escolaridad a
la vida concreta de cualquier comunidad. Es bien cierto que la educación
escolarizada, responde a intereses ajenos a los consumidores que asisten a las
escuelas. Esto, que muchos saben, pero que la gran mayoría no toma en cuenta,
va a tener que ir cambiando en la medida que se entienda que las formas o
didácticas a utilizar, deberán responder más
claramente a las necesidades y potencialidades de cada contexto. La escuela reúne obligatoriamente a x número de
consumidores pasivos, los que son encerrados en cuatro paredes, para que el
poder del maestro le llene de "luz". Obligado, el consumidor, se
siente presionado a tratar una realidad en el pizarrón, en fotos, en mapas, en
vídeos, etc. Una realidad que al salir, sus ojos no ven, y que tienen que
imaginar. Esto, que ha sido una tradición desde que la educación nace, por allá
del siglo XVI, y que nos ha convertido en seres autómatas que debemos vivir y
sentir un mundo que no es, perdería sus nefastos resultados, desescolarizando
la enseñanza. ¿Porque estamos tan seguro de ello? Simplemente porque,
al aprender de manera directa, sin salón de por medio, el conocimiento, que se
construye y es adquirido, entra en relación inmediata con el contexto real que
envuelve a la labor educativa.
Claro, muchos van a decir, que esto se hace ya
en internet, o cuando de casualidad un maestro saca a sus estudiantes a la
comunidad, si es cierto, pero el sólo hecho de que se atienda la
desescolarización, detenemos las fronteras que siembra la escuela, que en
realidad, es una prisión formativa de mundos irreales. El hecho de no necesitar el salón, el edificio de la
escuela, beneficiará directamente la economía, que en la actualidad justifica
un derroche de recursos, que pueden ser utilizados para otros fines; el
estímulo de proyectos concretos, por ejemplo. Cada niño, adolecente o joven, incluso adultos, se
separan de su realidad, por cumplir su adoctrinamiento en una escuela, esto
resta de energía a las comunidades, a las familias, y peor aún si no se
encuentra algún empleo, empleo que podría salir de cada contexto, acrecentado
las posibilidades de existencia en cada comunidad, con base en su atención, a
través de un conocimiento construido desecolarizadamente. En fin, serios cambios avizoramos al futuro, siempre y
cuando se abandone paulatinamente el uso del salón de "clases".
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