Diario Comunal 282: ¿Por qué Oaxaca ofrece una pedagogía transformadora para el planeta?

Toda región del planeta ofrece una manera especifica de convivir el mundo.
Sin embargo, la globalización encuentra obstáculos en su sed incansable de tragarse todo. Uno de estos obstáculos es el territorio, la geografía, la naturaleza, suelo, como se quiera nombrar. Tenemos amenazas; el subsuelo, los vientos, pero nuestra geografía es una muralla que nos ofrece interminables posibilidades de detener aplanadoras de ideas, y de robo de recursos. La tradición, que tanto color, como dolores de cabeza da a los modernistas, es uno de estos pilares sociales que hermanadas, a la geografía, hacen de Oaxaca, un suelo, casi impenetrable. Diríamos, Oaxaca está resguardada por su geografía, y ésta, genera una tradición que le da una imagen difícil de modificar, en la medida que esa tradición, le alimenta, le viste, y su vida se vuelve festejo cotidiano. En Oaxaca, es digno y oportuno preguntarse, si es feliz, o es el pueblo amargado y autómata, que solo responde a los lineamientos del mercado y del poder central.
Nosotros consideramos, que dentro de la llamada república mexicana, Oaxaca, es el estado de mayor color, sabor, musicalidad, y festividad total. No vamos a señalar aquí de porqué afirmamos esto, creo que es una afirmación que debe cuestionar cada Oaxaqueño, que se precia de serlo.
La pedagogía que se está diseñando desde Oaxaca para los Oaxaqueños, es una manifestación del color y del sabor que en este diario hemos venido señalando. Una pedagogía propia que refleje las potencialidades de esta geografía y de esta tradición que se construye comunalmente todos los días. Para ejemplo de lo que afirmamos, es el reconocimiento a nuestra facultades de autodeterminación comunal o de comunal-determinación. Régimen que los políticos modernizadores ven como una seria barrera para su sed de control, reconocimiento que para el país y el mundo, es una puerta amplísima para el respeto de las facultades de auto gobierno de toda sociedad.
Es cierto, no todo esto es una manifestación perfecta, y mucho menos si dentro de nosotros habitan personajes, educados en la modernidad. Insistimos, una pedagogía transformadora, debe reproducir el respeto que manifiesta la comunal-determinación, trabajadora de las capacidades geográficas y de tradición en cada región, y fundamentalmente recíproca, no sólo en la toma de decisiones, sino en el diseño de su felicidad. Esto no se da e todas parte, y la soberanía del Estado, debe responder a estas capacidades y cualidades, que su población genera noblemente para ejemplo de la humanidad. No es gratuito de que Oaxaca sea un mundo que marcha día a día en el supuesto corazón colonial, quitándole su supuesta tranquilidad, hasta convertirla en un remolino de exposiciones, de sueños y reclamos, que sólo son explicados por su energía geográfica y cultural. Cabe preguntarse, si Oaxaca, ha solicitado aprender a ser feliz, o lo ha sido por su propia decisión cotidiana.