Diario Comunal 96: ¿Porqué nunca somos libres?
Desde el momento
que la naturaleza nos germina en el vientre de nuestra madre, Debemos reconocer
que dependemos de ella. Asumimos orgánicamente sus pesares, sus emotividades,
su alimentación, sus miedos, sus placeres. Heredamos desde esa profundidad la
sensibilidad que ejercitaremos en el mundo externo, en donde encontraremos
nuevas dependencias. Desde el vientre materno empezamos a vivir la dependencia
de otro ser, que por estar vivo depende también de otros estímulos, positivos,
agradables, o negativos y bochornosos.
Al nacer empezamos a depender de terceros, es
decir de aquellos seres que comparte nuestro alumbramiento, que pueden ser
hombres o mujeres, especializadas o no en materia de partos, que nos empiezan a
enviar sus emotividades. No todos los seres respondemos de la misma forma ante
el nacimiento de un nuevo ser, muchos lo hacemos con dudas, con miedos, con
inseguridad, otros con franca dulzura, alegría y sapiencia. La energía que nos
trasmite nuestra madre, se agiganta al nacer y recibir la gran variedad
energéticas de aquellos que nos reciben.
Muchos de ustedes podrían pensar que estoy
afirmando cuestiones obvias, cierto, pero obviedades que al crecer se borran de
nuestra mente, precisamente por los discursos que de distintos valores,
empezamos a percibir, a escuchar, a leer.
Si le quisiéramos dar un orden a nuestras
percepciones, nos daríamos cuenta que lo que entra en nuestro cerebro es la
necesidad de alimentarnos, una acción que en el natural vivir, se vuelve en el
eje de nuestras motivaciones. En lo primero en que se piensa es que se ha de
comer para calmar el reclamo de nuestro organismo. Pues efectivamente, afloran
nuestros sentidos en función de nuestras necesidades orgánicas. Luego nos damos
cuenta del suelo que pisamos, un suelo que todos los seres que giran a nuestro
alrededor también pisan. Descubrimos a la par de los seres que nos rodean,
aquellos elementos que conforman el territorio, de donde nuestros seres
queridos extraen los elementos para nuestra alimentación.
Descubrir el territorio, es reconocer los
elementos que le conforman, que pueden ser montañas, lagunas, valles,
desiertos, mares, etc.Es descubrir la habitación, las plantas que nos
alimentan, lo que hay que hacer para sobre vivir el mundo que nos ha recibido.
Empezamos a depender de ese todo, que socialmente podemos identificar como
núcleo familiar. Y desde ese momento percibimos, aunque no lo hacemos
consciente, de los seres que nos rodean, para evitar los fríos, para conseguir
el alimento, el vestido, en fin todo.
Todo esto, que hacemos consciente, ya de
grandes, nos permite explicarnos porque el ser humano, nunca será libre, como
individuo auto determinado. El hecho, de que se busque por muchos medios, la
libertad, obedece a otro tipo de estímulos externos, que el propio hombre ha
elaborado para engañarse a si mismo y como tal, para apoderarse de todo. (
continuaremos)
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