Diario Comunal 74.
La enseñanza es trabajo, no discurso. Juárez
dijo, mis dichos son hechos. Por eso el discurso emanado de una práctica, de un
hecho, de un trabajo es la mejor educación. Derivado, de un momento de placer,
o de una violenta violación, el embarazo y la procreación es también un
trabajo. La mujer con el embarazo enseña y aprende, por eso la comunidad le
apoya, la incorpora, porque entiende que el ser que trae al mundo beneficiará a
la comunidad en el futuro. Me enteré por una noticia publicada, que en algunos
bachilleratos se le expulsa a las jóvenes que se embarazan, y se afirma, que la
escuela se escuda en los "usos y costumbres" para expulsarla. Si ese
bachillerato, se fundara en la enseñanza comunitaria, en lugar de expulsar,
incorporaría a la joven. Este hecho revela que se han mal interpretados los
saberes comunitarios. lo cual evidencia sólo la moralina religiosa que portan
-algunos- maestros de estas instituciones. El embarazo es también creatividad,
por tanto debe ser respetado y valorado, además de apoyarlo con la información
adecuada según sea el caso. Nosotros, siempre hemos afirmado que la enseñanza
es un hacer creativo, el trabajo de la parcela escolar, el trabajo en la
confección artesanal, el trabajo artístico, el trabajo de servicio, en fin, en
todo es el trabajo lo que demuestra nuestro paso por la vida, por ello es la
pedagogía necesaria. Se que no estamos descubriendo el hilo negro, incluso
algunos dirían, el trabajo de los nárcos y el de los capitalistas también es
enseñanza, y estaría de acuerdo en cierto modo, pero en ello se incorporan los
resultados del trabajo. Si se narcotiza la sociedad es porque así lo decide, si
la utilidades que obtiene un nárco, es utilizado para fundar un hospital, es
porque la decisión es del nárco. Esta suma de libertades, que en lo general
afectan a terceros, es la esencia de lo privado, de la autonomía liberal que
tanto impulsa el neoliberalismo empresarial.
Ya hemos dicho en pasados días, que hay de
trabajos a trabajos.No nos detendremos en esto. Sólo seguiremos afirmando que
el trabajar hace al ser humano. Por su trabajo se le valora, se le desprecia, o
se le admira. Por ello subrayamos que todo cambio en la educación es invertir
su realización, abandonar el hecho de concebirla como un discurso que en la
práctica es un discurso inútil, banal, vacío de contenido, y por lo contrario,
fomentar el trabajo para de ello extraer una interpretación. Esto es lo
adecuado para encauzar la orientación social y buscar mayores condiciones para
el bien común.
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