Diario Comunal 62.
Definitivamente somos producto de una
violación. Lo peor, es que el violador se ha quedado en la casa, nos grita y
ordena como si fuera un padre responsable. A pesar de viólada, nuestra madre
sigue trabajando su naturaleza, con lo que puede nos alimenta, nos sana, nos
cobija con lo que sabe que existe a su lado. Nos enseña a organizarnos, nos
indica quien puede dirigirnos, nos alecciona de cómo trabajar la naturaleza que
heredamos de los abuelos, incluso nos lleva la fiesta, a gozar con los demás.
Nuestro supuesto padre,que en realidad es un desgraciado violador, nos impone
leyes, propiedades, comercio, poder.Todo quiere controlarlo. A nuestra madre la
golpea con lo que encuentra y diseña para matarla. Sin embargo, nuestra madre
sigue de pié, a pesar de todo. Hoy tuve una plática con maestros de la
dirección de "educación indígena", les dije lo que ahora les comento.
A ellos , el supuesto padre los prepara, no
para defender a nuestra madre, sino para obedecer sus consignas; el poder, el
Estado, la educación que cree y se las impone para que ellos se las impongan a
sus alumnos. Ellos, viven a lado de nuestra madre, pero el padre les obliga a
negarla, se empeña en que solo sus chicharrones truenan. Por lo mismo, la cabeza
de estos compañeros maestros vive la confusión, la esquizofrenia, la
enagenación. Yo les dije, que por fortuna seguía viva la madre y que con ella,
podrémos cambiar los berrinches del violador que se dice padre. Pero debemos
valorar y respetar el conocimiento de nuestra madre, la comunidad, la
naturaleza, la comunalidad, que es una experiencia que día a día, nos ofrece su
actitud.
Pero esta visión ojalá la tengámos todos. De
alguna manera lo sostienen los hijos ecologistas, los que luchan por el agua,
por los bosques, por la libertad de expreción. en fin, de todos los hijos,
conciente de ésta violación que se ha hecho permanente. Hablar en estos
términos, no significa promover una violencia patriarcal, es aprender de lo
maternal, para dar contenido a nuestras aspiraciones, y ármas para la conquista
de nuestra felicidad. Al violador que está en la casa, demostremosle, que
nuestra madre tiene el derecho a ser reconocida y valorada, y de ella
extraigamos las semillas del futuro. A los que puedan, les invito mañana a otra
platica en la sección XXII. no me cansaré de ampliar esto que ustedes y todos
necesitamos y ejercitamos en nuestro andar.
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