Diario Comunal 46: Comunalidad en la ciudad.
Es importante saber que la comunalidad es un
resultado de vivencia comunitaria.
Se aprende en ámbitos rurales, pero también
puede ejercitarse en la ciudad. Comunalidad son principios básicos: Trabajo,
Reciprocidad, respeto. Esto se puede dar en cualquier territorio, una calle,
una colonia, un barrio, una parroquia, una sección, etc. en todo el sitio, el
lugar que nos reúne, ¿para qué? para decidir entre todos lo que hay que hacer,
lo que hay que trabajar, no el sitio para recibir sermones, y si este existe o
se da, es de todos. Es el espacio en el que tú das y recibes, cualquiera puede
decir, ha, es entonces donde voy a madrear o en donde me van a dar en la madre,
sí, porque existe la reciprocidad. No donde tu eres el cura, el dueño, el dios,
el que decide, en donde a través del respeto, tú te vas a reconocer en el otro,
en donde si trabajas, si das, y respetas se te aplaudirá, o quizás se te
abucheará, si tu participación no es útil para el colectivo que se reúna. Ahí
con todos, se elegirán a los chidos, a los que puedan representar, liderar,
orientar, encabezar. Si porque serán reconocidos los que más trabajen, los que
más respeten, los que más intercambien, no los gandayas que lo quieren todo
para ellos solos, lo que tiran línea, los que no trabajan y por lo mismo no
respetan a los demás. Ahí se hará la fiesta, ¿porque para que se trabaja?, pues para ser felices todos, porqué se respeta
a todos, para llevarse mejor, para que das, pues, para que te den.
Comunidad no
es comunismo, no es una doctrina o sea un royo que te debes grabar de memoria y
repetirlo, es trabajo y goce. Por ello la comunalidad también se da en la
ciudad, sino, investiguen en las colonias que rodean al centro de la ciudad.
Eso sí, eso no es crear un partido político, que divide, que separa, que se
vuelve mafia y después mangonea a los que se dejan. Comunalidad es algo simple,
aunque en comunidades alejadas esté llena de magia, de rituales, de un profundo
respeto a la naturaleza, por eso debe llevarse también al salón de clases, para
separar a los alumnos de los mesa bancos. De los sermones del cura-maestro que
piensa que lo sabe todo, que te deja tareas para que todo te lo aprendas de
memoria y te de la mayor calificación. Esto y mucho más en la profundidad es lo
que puede hacerse en la ciudad, sé que no es fácil, pero hay que empezar porque
llevamos prisa, el panteón está esperando.
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