Diario Comunal 260: Desgajar en poder es un verdadero reto.


Desde que nacemos pareciera que somos presa del poder, vemos la luz y nos da la primera inseguridad, no nos percatamos que la luz es la naturaleza misma. Nos da hambre, lloramos y encontramos otro elemento de la naturaleza; la Madre. Sin embargo, empezamos a escuchar ordenes, en un lenguaje fuerte, muchas veces altisonante, el miedo nos empieza a cercar al no entender la variación de los sonidos, ni identificar de donde provienen. Los Padres, hermanos o amigos, nos envían consignas ! levántate ¡ ! Toma ¡ ! Cuidado ¡ etc. Todo se convierte en un consumo de ordenes, que se dan, no solo por mandar, sino, también por proteger. Ya de niños, la protección maternal o paternal se reproduce en imágenes de Dios o dioses, que todo lo pueden, que nos protegen con la consigna de portarnos bien para que no se nos castigue. Así, La vida se convierte en un consumo inagotable de expresiones de poder, que nos protegen, por un lado y por el otro, nos controlan.
Este poder amalgamado con la figura de un Dios, un Dios que solo se explica en función de sus creyentes de sus sometidos, de sus devotos, que se ve más tarde en un Héroe de la historia, que se transforma en el gran maestro, el que sale en el cine, en la televisión, en los periódicos, el que escribe libros, el maestro en el salón de clases, en el policía, en el diputado, en el comerciante, en el gobernador, en el Presidente, en fin; el Poder.
Todo esto, se convierte a la larga en una conducta normal que nos conduce a tener el poder, a buscarlo, a ser el aplaudido, al respetado, al venerado, al endiosado de si mismo, es decir al individuo con poder, que no comparte, que no escucha, que solo ordena, que solo manda y del que todos terminan por temer.
La introyección del poder en nuestro pensamiento, en nuestras necesidades, en nuestra conducta, se va erigiendo como una planta natural que nada cuestiona, y que simplemente obedece. La obediencia se da entonces como algo normal, que es parte de nuestro ser, que es parte de nuestro saber, que es nuestro poder. 
Se vive entonces para mandar, para ilustrar, para dictar, para seguir una percepción de la vida que no es la nuestra, sino la del saber, por ello, la escuela, el negocio, el comercio, la tranza, la componenda, resultan ser los espacios adecuados para adquirir y fortalecer el poder. 
Por si esto fuera poco, las instancias que nacen para restar poder al poder; sindicatos, organizaciones, Partidos, Redes, alianzas, frentes, uniones, etc, erigen poder para combatir el poder, todos eligen una cabeza, el centro del pensamiento, de las ideas, de todo. El poder se concibe también para enfrentar el poder, y al final todos a la conquista del poder, para la reproducción del poder hacia la eternidad.
Nosotros nos preguntamos , cual sería la forma de destruir, de extinguir, el poder si mamamos naturaleza, pero consumimos poder? Este es el gran reto, difícil pe imposible. Enfrentémoslo, y la luz aparecerá. #tioyim#comunalidad

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