Diario Comunal 200.
Suena y es paradójico que se haya expulsado del
Zócalo de la Ciudad de México al magisterio, so pretexto de la celebración de
la Independencia Nacional. Un magisterio que por generaciones enteras se ha
encargado de inyectar en la mente de los Mexicanos, el orgullo de ser una
nación independiente, un magisterio que día día, ha dedicado su labor a sembrar
en la conciencia de todos, el fervor por la existencia de una Patria, que de
manera sistemática ha excluido a los más desfavorecidos y los ha colocado como
carne de cañón, en todas las contiendas por defender esa independencia.
El poder se reproduce desde el poder, a inicios
del siglo XIX, el poder de la iglesia era incuestionable, y son curas criollos,
quienes encabezan lo que todos entendemos como movimiento de independencia,
construida la nación, los criollos herederos del poder, bifurcan la lucha entre
conservadores y liberales, con la reforma y liberales criollos y mestizos en el
poder, y en el control de las tierras productivas, del comercio, y la
representación política de la naciente Nación, fundados en las ideas de la
revolución francesa, implantan un discurso, el liberalismo, que de ahí en
adelante enarbolarían todas las corporaciones dueñas del poder económico y
político.
El magisterio nacional, fue el llamado a
inflamar la enorme gallardía de sabernos independientes, revolucionarios, y
ahora repletos de reformas que sólo garantizan la reproducción del poder de los
grandes capitales. Es ese magisterio, el que ahora reclamando la imposición de
reformas, es expulsado del corazón de una nación que les ha tocado fortalecer,
por lo menos ideológicamente.
Toneladas de banderitas de plástico, ondean por
todos lados acompañando a, Americas o Reinas de las fiestas patrias. Este año,
quizás no estarán, físicamente los maestros, pero su ausencia inevitablemente
generarán preguntas en cada uno de los espacios en donde esta celebración se
realiza año con año. Este año, será para el magisterio, una fecha, un momento
de reflexión para revisar el papel que ha jugado en la reproducción de una
ficción, crecida con y en el uso de un idioma ajeno, impuesto, a fuerza de
fuego, que ahora se mantiene no sólo por la fuerza, sino por los medios masivos
de comunicación, poderes mediáticos, como se les conoce. Es el momento que este
magisterio, se preguntará si ese papel es el que deberá asumir al futuro.
Día clave para todos, Nuestras preguntas pueden
ser; ¿es legítimo seguir hablando de libertades, de democracia, de partidos, de
Justicia? o ha llegado el momento para forjar otros caminos. Conceptos como el
de Estado-Nación, están en cuestión, ¿vale la pena seguir creyendo en ellos?,
cuando la realidad nos indica que este concepto, encubre a simples cajones
territoriales que son manejados desde el exterior, de capitales que ya no
necesitan nombre ni Patria, que están por encima de continentes, de
hemisferios, en fin encima de todos. Nosotros, y digo nosotros porque es
responsabilidad de colectivos, de comunidades,
preguntarnos como orientar nuestro propio
caminar, y entre todos desde cada una de nuestras regiones, diseñemos el qué
hacer en el futuro.
Lo aceptamos al llegar a las 200 páginas de
este diario, nosotros somos el tioyim. emanados de estas confabulaciones
históricas del poder de las minorías en contra de las mayorías.
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