Diario Comunal 190: Mirar la vida desde abajo será siempre mirarla desde abajo.
Si entendemos que estamos abajo es que
reconocemos que algo está arriba. Si lo vemos desde la economía, descubrimos a
las clases privilegiadas, las dueñas de los grandes capitales, las que viven de
los movimientos de la bolsa de valores o de aquellos estacionados en el
mercado, comprando todo lo que está en la cima de todo. Si lo vemos desde la
política, vemos un engranaje perfecto, partidos que someten nuestra voz y
gobiernos que definen lo que hemos de obedecer. Todos pagamos (literalmente),la
existencia de un poder que nos maneja y nos aplasta. La búsqueda de nuevos
caminos para evitar o por lo menos disminuir tanta desigualdad, hace de las calles
un escenario nada interesante, por lo contrario triste y aterrador.
Nosotros estamos seguros de que si buscamos
caminos abajo, con y para los que estamos abajo, nos ahorraríamos mucha
energía, que se va quedando en presidios, en cementerios, en las paredes, etc.
Esto significa reconocer nuestras capacidades y diseñar soluciones para
nosotros, los de abajo. En materia de producción, de todo los elementos que
conforman la posibilidad de existencia, en materia educativa, en materia
energética, incluso.
Seguir demandando a los de arriba el
cumplimiento de su discurso, nos resta energía, creatividad, organización, y
nos mantiene colonizados y sometidos, en todas las facetas de la vida.
El magisterio lo busca desde la educación, hay
que presionarlo apoyándolo. Los comuneros están en las posibilidades de
enriquecer un espectro comunal empresarial sin límites, antes de que ningún
recurso natural quede en nuestras manos, como lo está sucediendo.
Tanto artistas, como profesionales en muchos
campos pueden y deberían trabajar con los de abajo, para encontrar respuestas
concreta y directas, esto se puede hacer en la medicina, en la construcción de
vivienda, etc.
Muchos podrán etiquetarnos de reaccionarios,
por proponer lo anterior, no me preocupa, en la medida que la realidad se ha
encargado de desmitificar lo que está a la izquierda y lo que está a la
derecha. Una realidad, que nos demuestra que la búsqueda del poder es una
trampa en la que caen miles de gente de principio, honestas, que surgen de
abajo y que son absorbidas por los espejismos del poder. Por ello, trabajar los
de abajo para y con los de abajo, no puede quedarse en ser una consigna, puede
ser otra realidad, que ya muchos han empezado a andar.
Comentarios
Publicar un comentario