Diario Comunal 187: La comunicación electrónica masiva nos apabulla, y entre nosotros difícilmente logramos comunicarnos.
Todos sabemos de la fuerte presencia en
nuestros hogares de lo que es la radio y la televisión mercantil, la que dedica
todo su tiempo a vendernos todo. Estos medios masivos, penetran en nuestra
forma de valorar la vida, que realmente lo que logran es ausentarnos de ella.
Nos convencen de consumir todo, ideas, artículos de todo tipo, información que
seleccionan para orientar nuestra opinión, en fin, nuestro caminar lo dictan
estos medios. A todo esto se añade, el internet, que si permite la selección de
lo que podría interesarnos, lo que hacemos es lo que ya hemos adquirido como
valores, nuestra mentalidad hecha mercantil, selecciona y usa el internet, bajo
esos mismo parámetros.
Por desgracia, todo esto, dificulta en gran
medida la comunicación entre nosotros. Platicamos, en función de lo que hemos
visto y oído en la televisión, comentamos, en el mejor de los casos, de lo que
hemos leído, y hasta en esto, nuestra mentalidad mercantil brilla, hablamos de
los autores, y de los libros que se han escrito, sin reparar en que, también el
que lo hayamos hecho, es por su inserción en el mercado del libro.
Las noticias del diario, sangre y plomo por
excelencia, la consumimos como si ese tipo de noticia nos alimentara. En las
telenovelas, los hechos de sangre y corrupción de todo tipo, son tratados de
tal manera, que parecieran algo normal; la existencia de capos, de lavado de
dinero, de carteles, de violaciones, de crímenes masivos, de pornografía, todo,
y para colmo se convierten en libros, masivamente demandados.
Se observa pues, que los medios de comunicación
son brillantes intermediarios de nuestra vida cotidiana.
Una respuesta a este mundo comunicacional que
nos cosifica, automatiza, nos desparece, son en estos días los medios
comunitarios. Las radios, el cine, la televisión, los libros, teléfonos
comunitarios todos. Estos medios enfrentan serios retos, ¿Cómo hacer para no
repetir los esquemas mercantiles? ¿cómo tratar la música, si en su mayoría ha
nacido con estos objetivos? ¿como tratar la imagen para que resulte vehículo de
comunicación comunitaria? Estas y muchas preguntas se nos agolpan en la cabeza.
La cuestión, no es fácil. Un ejemplo inmediato es la música. Pensar en no
trasmitir a José Alfredo, Alvaro Carrillo, Chuy Rasgado, y a todos sus
intérpretes, resulta toda una hazaña. A pesar de la visión patriarcal que
subyace a sus letras, es materialmente imposible alejarlas del gusto que ya ha
sido introducido en todos los sectores sociales, porque de principio estaríamos
separándonos del público comunitario. Muchos nos preguntarían, entonces que es
lo comunitario si nuestros medios son comunitarios. La respuesta está en todos.
Tomemos en cuenta que esto mismo se da en todos los espacios comunitarios que
han venido naciendo. Nosotros creemos que de principio, la diferencia radicaría
en el proceso de construcción de los contenidos, uno de ellos es tener abierto
a todos; micrófonos, grabadoras y cámaras. Lo otro es tomar conciencia de que
vivimos una realidad mercantilizada, que nos ha formado y obligado a consumir
productos que ahora identificamos como perniciosos. Y sobre todo, que debemos
comprender que es un proceso que nos convoca a revisar seriamente nuestras
fuentes de conocimiento, descubrirlas, y abrevar de ellas poco a poco,
descubriéndonos en profundidad. ¿Usted que opina?.
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