Diario Comunal 183: Reconocernos también es historia. (4).
Muchos se preguntaran ¿por qué ese programa
trascendió que dejo huella negativa y a la ves positiva? La respuesta es
sencilla. Nunca había habido un programa federal que llegara al interés intimo
de lo comunitario; el abasto de alimentos. Obviamente sus promotores,
supervisores, entraron de lleno y directo a comunidades concretas, a asambleas,
a sus autoridades. Este contacto mueve el piso a cualquiera. En otras palabras,
tuvieron la obligación de conocer al Oaxaca profundo.
Lo positivo de sus resultados, lo
ejemplificamos con el surgimiento de CAMPO, quienes responsablemente asumieron
las enseñanzas comunitarias, otros más dedicaron su empeño a la educación, a la
defensoría jurídica, pero estos, se apostaron en otros espacios, con visiones
más de asesores técnicos, incluso de "defensores", o
"movilizadores" políticos, a usanza clásica,
"izquierdista", o bien paternal. También surgieron organismos
integrados por los de dentro, muchos reconociendo el valor profundo del
conocimiento comunitario y otros tantos reciclando vías asistenciales, que
incluso les permitían acceder al poder gubernamental, tanto para el reclamo
como para su uso.
"los marcianos", como ellos mismo se
etiquetaron, abrieron diversos espacios, en los que los maestros dieron cuenta
y les llevó a una seria critica a la elite que les maniataba desde el poder. El
movimiento del magisterio es actor participante, de estos momento que a lo
largo de los ochenta y noventa generan fuertes movimientos de conciencia de
revalorización de lo propio, y con ello se vieran nuevos planos de realización
comunitaria. Surge, Casa del sol, y muchos otros espacios, que a la larga
entran en serios contra cantos a sus empeños originales. Empeños de la Coali
(CEMPIO), de CAMPO, entraron en franca brillantez en este proceso de reconocer
las capacidades de la comunidad, de los conocimientos de sus integrantes, Del
valor profundo de los Oaxaqueños.
En la actualidad, este proceso se enriquece con
la propuesta del magisterio, el PTEO, que resulta, a pesar de ser una propuesta
que no comprende todos los maestros, una manifestación organizada del
reconocimiento de los saberes o el conocimiento comunitario. Todo esto abre una
puerta grande para caminar con nuestros propios pies, con nuestra propia
energía, y no desgastarnos viendo como responsable de todo al Estado, y esto no
significa no saber las obligaciones del estado, sino encontrar o diseñar las
soluciones a los múltiples problemas que nos aquejan, desde abajo y con los de
abajo. Esto quiere decir, liberarnos de la idea que todo lo bueno viene de
fuera y darnos cuenta que en más malo lo que llega, al eliminarnos de nuestra
propia historia. La manos son nuestras, y ya lo estamos viendo, con esas manos
encontraremos los caminos necesarios. Saber que tenemos esas capacidades, es
también reconocer lo bueno que ha llegado de fuera y que se ha quedado, para
construir un bienestar comunitario, participativo, revalorizador, y comunal. No
nos queda duda, el futuro, como no ha sido el pasado de Oaxaca, es entender,
comprender y fortalecer lo comunitario. No hacerlo, implica seguir sometido
colonialmente a un poder que se empeña en ignorar nuestras capacidades.
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