Diario Comunal 177: La naturaleza; fuente y río de nuestra filosofía.
Todos nacemos en un lugar. Este define en
primera instancia los elementos que conforman nuestro entorno, y con ello se
dibuja nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestra energía, el todo que
representamos. Los costeños son directos, parlantes sin límite, violentos,
incluso "mal" hablados. Nacen frente al mar, éste es agresivo,
directo, incluso indeterminado. Los serranos son muy silentes, desconfiados,
recelosos. Sus montañas detienen y controlan los vientos, contagia su silencio,
guarece y esconde a sus habitantes. La montaña y su gente se respetan en la
profundidad. Lo informal de un costeño, confronta lo ceremonial formal del
serrano.
La naturaleza es la fuente de nuestra
cosmovisión, de nuestra filosofía, por ello como río, nos conduce, nos orienta,
nos determina sus caminos, somos seres parte de ella, por eso la portamos en
nuestra manera de ser, en nuestro modo de vivir. Permanentemente nos educa en
la integralidad que le sustenta. somos su elemento y su fruto.
Claro, esta naturaleza no nos encierra,
participamos del mundo según nuestras necesidades, pero vallamos a donde
vallamos, llevaremos su sello. Será la naturaleza, quien nos determinará las
formas de organización social que determinemos para la coexistencia.
Para entendernos, se sugiere que primeramente
veamos la naturaleza que nos envuelve. Nuestro conocimiento, nuestros hábitos
se explicaran en función de las relaciones que mantengamos con la naturaleza.
Ella, nos aportará los medios para reproducirnos, definirá nuestros códigos de
comunicación. Todo esto explica la constante lucha por su defensa, por su
resguardo, por su aprovechamiento. Esto, refleja los grados de conflictividad
que tengamos que enfrentar y resolver.
Oaxaca es una región básicamente de montaña y
costa. Somos la reunión de las dos grandes cordilleras que atraviesan la
nación, de ahí que nos veamos como un papel arrugado. Esta geografía natural,
determina el carácter comunitario de nuestra existencia. Tenemos pocos valles y
un istmo intenso, porque le llegan los vientos por todos lados, vientos de
mercado, de inversión, de color, de música de todo. Y pese a sus vientos, y sus
planos, su Zapoteco los define, les baña de color y sabor; ¿quien?,
precisamente, su naturaleza. Su comunalidad es frágil, son más urbanos, y el
comercio les lleva a sobrepoblar de intereses en confrontación, su arsenal de
dizque radios comunitarias lo aflora. Todo ello atrae a la estructura del
poder, y de ahí los constantes conflictos. Pero en todo ello, brilla la
presencia de la naturaleza.
Esta reflexión se orienta en primera, a reconocer
el suelo que pisamos, a entender que las relaciones que establezcamos con ese
suelo, determinara el carácter que portemos. Eso fundamentará nuestra manera de
pensar y este tendrá un filosofía especifica, primer elemento que debemos tomar
en cuenta para seguirnos enseñando a hacer la vida, de acuerdo a la naturaleza
que nos alberga.
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