Diario Comunal 173: Pensamiento natural.
Fundamentar nuestra manera de pensar natural,
pareciera la integración de un sin fin de obviedades, pero no es así, pues
resulta que durante cinco siglos se nos ha impuesto tantos ropajes ajenos, que
encontrar un razonar natural es como buscar la ahúja en un pajar.
La interpretación de lo que nos rodea, de
nuestro contexto, del mundo que nos ha tocado vivir, ha sido traducida de
tantos diferentes modos, que cada persona, según como le haya ido en la feria,
tiene su interpretación. Unas son religiosas, otras científicas, otra son
naturales, otras son enajenadamente laborales, otras parten del consumo, otras
del confort, otras de la necesidad, en fin. Existen interpretaciones según los
infinitos códigos a los que tenemos acceso. Todo ello se obscurece más, por los
ánimos personales, las influencias de carácter político, económico e
ideológico. Pero todas ellas, salvo la natural, tienen una fundamentación
colonial. Todo discurso nos llega de fuera y ha sido tal su presencia, que la
vida natural que llevamos o que realizamos, desparece en nosotros, como el agua
entre las manos. Escondemos nuestra natural de razonar, de interpretar el
mundo, ante las jugosas manera de inventarse otro en lenguajes ajenos. La
escuela, los medios masivos de comunicación, el conocimiento, el derecho, se
encargan a diario de opacar el débil esfuerzo que hacemos, por descubrirnos en
nuestra esencia. Nos dejamos guiar por los curas, los maestros, los
profesionales, los políticos, los empresarios, los doctores, quienes solamente enaltecen
lo que ellos aprendieron de sus escuelas o monasterios, si preocuparse de
nuestras capacidades, de nuestra energía, lo clásico es que para ellos seamos
una bola de ignorantes a los que hay que conducir por el camino, que ellos
convencidamente, creen que conocen. Hemos llegado al grado de tener la
seguridad que todos o cada uno, puede transformar a los demás, esto quiere
decir, que heredamos hasta la actitud de inventarle las razones de la vida a
los otros. Sacudirnos esto, resulta más que urgente. Todos creen tener la
razón, y todos resultamos unos ineptos, carentes de conciencia, ignorantes de
la "verdad".
A resumidas cuentas, esto no es más que la
reproducción de la colonia, un sometimiento que ha permanecido y que heredamos
para reproducir y seguir colonizando. De ahí que el esfuerzo para la
transformación, exija de nosotros, en primera instancia reconocer lo que somos
y porqué pensamos lo que pensamos, para luego entender las fuentes de nuestros
razonamientos. Se habla mucho del sentido común, pero nadie repara en ello. El
sentido común es interpretado como una basura intelectual, sin reparar que es
sabiduría común, que por eso permanece. Volver al sentido común, es quizás un
camino corto para transcender el embrutecimiento en que nos tienes sumidos, los
intereses de un sistema de vida, que a lo largo de siglos nos ha impuesto el
imperio, éste apoyado por sus sabios, que sin saberlo o criticarlo,
reproducimos en todos los ámbitos universitarios o escolarizados.
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