Diario Comunal 166: Los partidos parten, las comunidades comparten.
El ser humano es gregario por naturaleza, no
nace sólo, ni tampoco vive solo. El ser es el nudo de relaciones que establece
desde que nace, que lo hace dependiente de todo y de todos, es un ser político
por exelencia y se mira en los demás para hacer lo necesario para sobrevivir. Su
fortaleza se la dan las relaciones que entabla como integrante de la naturaleza
de la que umbilicalmente depende. Su actuar político, en primera instancia es
de cara a cara, con aquellos con quien comparte la vida. Esto de manera natural
se da en la comunidad, en la ciudad, el sistema al aislar a las personas o
individualizarlas, las separa, y su relacion política es de selección. En esto
tienen que coincidir, amistades, intereses, ideas, relaciones, etc. En una
comunidad es distinto, todo junta a todos y se hace política al tomar acuerdos
y en Asamblea. De otra manera, diríamos que un partido es suma de individuos
separados y una comunidad es la integración de familias. Como consecuencia, el
partido manipula a las masas, y la comunidad controla a sus autoridades.
Si hemos afirmado que existe un Oaxaca
comunitario, es porque hay dos tipos de polítca, la natural que es la más
grande y la superficial, que en estos momentos ya esta mostrando su debilidad.
La vida cotidiana transcurre y se hace cara a cara, la vida política, se amafia
de acuerdo a sus intereses. El partido al partir a los individuos, impide que
el sujeto intervenga en el diseño de su nación, por lo contrario, la comunidad
es dueña de si misma, de ahí que el régimen establecido en 1995, haya tenido
repercuciones inmediatas. Las relaciones directas que fundamentan la
comunalidad, dibujan mayores posibilidades de armonía social, una cuestión que
muchos intelectuales llaman democracia directa, pero que según nosotros es
Comunalicracia, es decir el poder de la comunalidad.
Otro aspecto a resaltar, es que la política que
se da cara a cara, no admite interlocutor, en ella no interviene ni ley, ni
norma ajena a los que toman acuerdos. En este sentido, la presencia partidista
en una comunidad, la detiene la propia relación directa, claro, no se puede
negar la cotaminación partidista en una asamblea comunitaria, esta puede ser
agresiva, pero es normal, en la medida que la comunidad no está aislada del
mundo, pertenece a una región, a un Estado a una República, aun mundo. Detener
la contaminación, sea la que sea, se dará unicamente con la relación directa,
cosa que no se ve en un ambiente partidista, en el que el poder está definido
de antemano, y se guía por intereses presisos.
Si la realidad social mayoritaria es
comunitaria y rural, se vé lógica la inutilidad del partido, lo que nos conduce
a pensar en la posibilidad de comunalizar las relaciones políticas en la
ciudad, es decir a operar comunalmente, a relacionarse con el habitante
cercano, con quien se está vinculado por el territorio, por las necesidades,
por los servicios, que puede ser la colonia, el barrio, etc, y no la reunión
con base a intereses coincidentes. No es lo mismo tomar acuerdos para resolver
problemas concretos, que tomar acuerdos o más bien confabulaciones, para tomar
el poder. Efectivamente podríamos pensar que la democracia no está peleada con
la comunalidad, pero al obedecer a consignas diferentes y establecer relaciones
contradictorias, le hacen ser caminos distintos y separados. Estamos de
acuerdo, se desea lograr su convivencia, sin embargo al igual que la filosofía
moderna nos excluye de sus razonamientos, que no existimos sino como objetos de
trnasformación, así mismo, sus partidos nos desaparecen como actores. las
contradicciones con los partidos permaneceran y siempre se dará la resistencia
natural de nuestras comunidades. Seguiremos reflexionando este tema, que por lo
que vemos les ha intersado a muchos.
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