Diario comunal 162: El ser comunal no tiene linderos.
El día de ayer, varias comunidades celebraron
su vecindad. Capulalapan, Yahuiche, Lachatao, Guelatao, San Juan la hicieron de
anfitriones, una festividad que se me ha dicho realizan otras comunidades en
otros lugares, con los mismos,objetivos; el encuentro, la celebración de su
vecindad, que fortalece su hermandad. Nuestra asistencia a dicha celebración
nos lleva a algunas reflexiones: En primer lugar, que esto es una demostración
que de profundidad, en el inconsciente diríamos, se mantiene la certeza de que
todos-somos la naturaleza, de que los linderos efectivamente son reducto
colonial, de invasores que trajeron a nuestra manera de pensar natural, la
noción de propiedad, aunque esto, en nuestra región, haya germinado en
propiedad comunal.
En segundo lugar, que la cercanía, la
valorización de las montañas, los cerros, los ríos, hace el valor mismo de la
comunidad y de que el todo es de todos. De que lo comunal somos todos los que
habitamos la naturaleza, los arboles, los animales, los cultivos, como la comida,
la bebida, el baile y las artes, como la música.
En tercer lugar, se puede anotar, que la
convivencia da fuerza a la región, de que la gozona, sigue vigente, en este
caso no para celebrar a un santo, sino directamente a la naturaleza. Obviamente
no se descarta el hecho de que hubo el altar, las flores, los cirios, los
rezos, el ritual, pero todo ello demostrando un paralelismo entre religiosidad
y espiritualidad. Es decir no se niega la incidencia de la colonialidad con lo
religioso, pero se observa la permanencia de la espiritualidad en la
celebración misma. Esto nos recuerda a las iglesias que fueron construidas
sobre templos ancestrales. Evítennos la pena de señalar los muchos casos.
Gozar de estos encuentros, es gozar de saber
que tenemos la capacidad de mirar atrás, de valorar el camino andado, y que
volverlo a encontrar nos da mayor seguridad para seguir el camino. Han sido
muchos los casos de que la reivindicación de linderos que fueron señalados
desde la colonia, nos ha entretenido en conflictos vanos. Conflictos en donde
la competencia sembrada por el individualismo, aun mantiene en la zozobra a
muchas comunidades que dan su vida por la defensa de linderos, inventados en su
mayoría por el poder colonial, y actualmente, por el poder constitucional.
Lo realizado, es una lección para todo el
Oaxaca comunalitario, Una demostración de la región sureste de la república,
tiene enseñanzas, que deben ser apreciadas, principalmente por las comunidades
que han sido víctimas de la noción de propiedad, la competencia y, del olvido
que la naturaleza no tiene linderos, que el agua que se genera en la
profundidad de las montañas, es para todos, se habite en la sierra , en los
valles o en la costa. Las profundidades de la naturaleza no conocer linderos ,
todo en una unidad integral, por eso, daño que se hace en las alturas afecta a
todos, los de arriba y a los de abajo. Un ejemplo: las minas.
El sistema que padecemos, tiene a la
privatización como escudo, mostremos que en Oaxaca se tiene la comunalización
como escudo, como proyecto de vida, principios heredados ancestralmente,
obtenidos de la naturaleza que nos integra a todos, que nos impide separarnos y
con ello ser más fuertes. La loca carrera por el desarrollo, nos ha orientado
hacia privatizar la creatividad, el trabajo, el suelo, los bienes, todo, hasta
el llamado amor. Comunalicemos nuestra visión, esto significa Comunalizar toda
nuestra existencia natural e integral. En otras palabras, fortalezcamos lo que
siempre hemos sido, seres comunales sin límites.
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