Diario Comunal 157: Día de la madre vida.
Nos ha tenido tan enajenado el comercio, que
hemos reducido el culto a la vida a un sólo día. Este culto debería ser
permanente. La madre vida, la madre tierra, y nuestra madre viven todos los
días. La mentalidad comercial nos ha hecho ponerle precio a la madre vida,
vendemos el aire, los vientos, la sangre, el cuerpo, todo. De la madre tierra,
vendemos todo suelo, vendemos todo su color, su humedad, su sabor, todo, de
nuestra madre, vendemos sus consejos, su ternura, su sudor, su sexo, todo lo
vendemos. Eso si le compramos regalos un sólo día, ¿para que? para beneficiar
al comercio, al capital, en la práctica el día de la madre deberíamos
entenderlo, como el día del padre dinero.
Las mujeres hoy en día reclaman las mismas
oportunidades que el hombre, en todas las dimensiones de la vida. Exigen
detener la violencia que se ha institucionalizado en contra de ellas. Exigen
justicia y una justa retribución por su cotidiana labor en este mundo. La
sociedad patriarcal que nos agobia, no nos permite con serenidad, reflexionar
sobre la naturaleza que nos trae al mundo y con ello, el trato que le damos a
la madre vida, tierra y a la nuestra. El hombre se ha enseñoreado de todo,
incluso de la germinación de la vida. Se ha apropiado de todo, a sabiendas que no
germinará vida por si mismo.
El pluriverso (porque no es uno), el planeta y
la madre, son un cordón indisoluble, natural y eterno. La civilización
hegemónica insiste en el patriarcado. La vida es femenina, el mercado insiste
que la vida es masculino. Curioso, hasta la propiedad es femenino.
¿ Porqué no pensar en una sociedad matriarcal ?
¿ Porque seguir tapando el sol con un dedo ? Si la vida es femenino porque no
tener un matriarcado, es decir, porque no darle el poder a lo femenino, a la
matriz, a la naturaleza. El machismo, que fortaleció la religión, más tarde el
Estado, es el principal obstáculo para lograr una nueva sociedad matriarcal.
Esto, ya ha existido en muchos pueblos naturales, los que si han dado
visionariamente valor al papel que representa el origen de la vida. Pero el
mercado se ha encargado de apagar esa visión, al comprender que la fuerza de
trabajo, la tiene el hombre, y como tal, el poder lo debe tener el hombre.
¿ que implicaría estar en una sociedad
matriarcal ? Cualquiera diría, que se invertirían los papeles, es decir, que
los roles masculinos serían para las mujeres. No, eso no podría ser, porque el
hombre no podría ser mujer, y traer nuevos seres al mundo. La mujer tendría las
naturales atribuciones que sólo ella tiene. Las labores pesadas, tendría que
ser responsabilidad de los fuertes, sean hombres o mujeres, las labores de la
casa, serían lo mismo para ambos sexos, eso si se debería retribuir, -digamos
en salario- al trabajo doméstico, así lo realice el hombre o la mujer, así mismo
el poder político, quien se empeñe en obtenerlo. Esto sería un atribución de
todos. Pero, ¿ se imaginan si la mujer controlara la economía ?, sería casi la
perfección, el medio ambiente se protegería como la madre, como la vida. El
agua, los vientos los distribuiría la mujer en igualdad, como-en los mejores
casos- hace la madre con sus hijos. !claro, en la cantina estaríamos ambos¡
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