Diario Comunal 156: Oralidad e imagen, Comuniconstrucción cotidiana.
Los seres humanos hacemos la vida hablando y
viéndonos. Reconocer la comunicación oral implica en primer instancia saber que
no vivimos sólos en el mundo. Se platica con alguien y se ve a alguien, en toda
construcción de hechos y de ideas. Nos construimos y construimos el mundo a
través del otro o de lo otro. Esto que pareciera un razonamiento obvio,
permanentemente lo olvidamos, al pensar que nuestro cerebro genera sus ideas
por si mismo. Hemos endiosado tanto nuestro "yo", que nos olvidamos
que somos seres que se concretan en la relación. El ser humano es un nudo de
relaciones, como bien lo han apuntado varios amigos. Es decir, son las
relaciones las que nos explican y concretan en nuestro existir. Lo que se
platica y lo que se ve es y se hace a partir de otro o de lo otro. Estos ha
sido uno de los fundamentos de la comunalidad, en contraposición de la
individualidad, que se nos inyecta como categoría de propiedad, y que por lo
mismo pretende justificar una dizque originalidad del individuo, sin tomar en
cuenta que nuestro pensar es la relación que mantenemos con seres y cosas fuera
de nosotros mismos. Les comento esto a raíz de un evento del cual, formé parte
en la plaza central de Guelatao.
Una compañera, proveniente de un país lejano,
Venezuela, nos contó una serie de cuentos. Mi primer sorpresa fue que ante un
espacio casi vacío, al empezar la compañera y emitir, sus primeras palabras, un
grueso contingente de niños, surgieron de la nada, se podría pensar que estaban
agazapados en espacios ocultos, que al escuchar las palabras de la compañera
hicieron acto de presencia, cosa que a mi y a los pocos que estábamos,
realmente nos sorprendió. La magia del cuento, de la entrega en su exposición,
hizo que el auditorio participara de un evento de comunicación oral, que
derrumbaba fronteras nacionales, barreras de lenguaje, en fin las diferencias
obvias que uno encuentra entre países, desaparecieran como un hechizo. La
participación de los niños y de todos los que con el sonido de la comunicación,
se fueron acercando de manera inmediata, hizo que la tarde se fuera rapidito.
Al terminar la compañera, que realmente hizo
participar y compartir a los presentes, se nos ofreció un concierto de
documentales, producidos en 2012, es decir recién salidos de su realización.
Los documentales nos relataron historias de comunidades mayas, unos de cómo se
tratan las picaduras de serpiente, otros de historias recreadas por los
abuelos, otros señalado la diferencia de mentalidades productivas que se
observan en el sureste, todo a través de una pantallota que hizo de aquella
plaza, una verdadera sala de cine.
La importancia de la oralidad y la imagen se
hizo presente. Nos hicimos todos entre todos.
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