Diario Comunal 155: Día del trabajo, día de chingadazos.
Una cuestión que no nos preguntamos, es ¿porque
celebramos un día del trabajo a sabiendas que trabajamos para que otros
engorden y la pasen bien?. Defender nuestra fuente de empleo, nos hace olvidar
el sentido que orienta la labor que desarrollamos y que beneficia a unos
cuantos en perjuicio de la mayoría. Ya se nos ha hecho normal que la política
de cualquier gobierno, ha sido y sigue siendo, la creación de nuevas fuentes de
empleo. Todos argumentan nuevas fuentes, nadie habla de autoempleo, y esto
supone inversiones para producir bienes, que son obviamente lanzados a mercados
previamente estudiados, que signifiquen obtención de ganancias, para el
beneficio de quien o quienes invierten y de paso unas migajas, para el
trabajador. Esto, en esencia es la reproducción de capitales, y por lo tanto
del capitalismo fundamentado en el mercado de todo, y de todos. En días
pasados, el Ejecutivo, afirmo que se reduciría el empleo informal y que todo
sería formal. ¿esto que significa?
Con esto no queremos opacar la justa demanda de
los trabajadores cuyas muertes motivaron la celebración del día del trabajo.
Pero esta celebración mantiene de pie un modelo empresarial e industrial y de
servicios, que se reproduce a instancias del sudor de millones de seres cuyo
esfuerzo genera capital que no le beneficia directamente. Obviamente, los
maestros trabajan para preparar a los futuros obreros de este modelo de vida
que pareciera eterno.
La Estatización de fabricas y servicios, que se
observó en la histórica Unión Soviética y en muchas otras naciones como China,
ha devenido en una paulatina privatización, es decir de inversiones de
capitales privados que ahora ya son transnacionales, globales, en fin. El
resultado obtenido, es que nos ha convertido a todos en simples consumidores de
productos en su gran mayoría innecesarios, para la creación de más fuentes de
empleo. Estamos en un circulo vicioso. Para que estemos más o menos bien, necesitamos
un empleo y estos solamente lo puede crear el gran capital, de ahí el porqué el
ejecutivo ande de país en país, buscando inversiones de capital.
¿Pero como voltear la tortilla? Ahí está la
cosa. Si desde la comunidad y la escuela, nos preocupamos en nuestro propio
empleo, la educación sería necesariamente transformada. Se partiría de los
recursos, espacios, habilidades que tenemos para mínimamente garantizarnos el
alimento y vestido. Esto implica voltear la vista a lo que somos, tenemos y
podemos hacer, en lugar de buscarlo fuera. Cualquiera me diría, "eso suena
bonito", pero como me hago de mi carro, de mi compu, de la casa que deseo,
etc. Y en cierto modo tendrían mucha razón, ya que el mismo sistema nos crea
necesidades, que antes no teníamos. Cambiar de mentalidad no es fácil, menos si
por todos lados nos empujan a comprar, comprar. Pero en esto radica todo.
Consumir menos es una primera cosa a emprender, y la enseñanza reproducirla en
el trabajo. Podríamos afirmar, que cada centro educativo es potencialmente un
centro de trabajo generador de empleos, si, con productos en realidad
necesarios para vivir, con sistemas de comercialización interna regional que
resuelvan necesidades desde la región, sin pensar en el lucro, sino
fundamentalmente en el autoconsumo, en la sobrevivencia. Usted que opina. Para
documentar su optimismo, vea lo que está sucediendo en España.
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