Diario Comunal 145: Educación y violencia.

Una primera cosa que debe estar muy claro en nuestras reflexiones, es que los pueblos Oaxaqueños, para conservar la esencia de su Ser, han tenido que bordar dos lenguajes, el propio y el ajeno, que siguen rumbos distintos, que no se juntan, y que, sin embargo, cada uno mantiene su existencia en franca dependencia del otro. Para ser más claro, nos han obligado a actuar como tlacuaches, "hacernos el muerto mientras el enemigo está". Se ha tenido la necesidad de apegarnos a la Constitución Estatal y federal, un ejemplo es que a nuestros dirigentes les hemos dado el nombre de Presidentes o Agentes municipales, pero sólo nosotros sabemos las razones porqué son nuestros dirigentes. Respetamos la ley, hasta donde la ley no se mete en nuestra vida que hacemos en comunidad. Hacemos caso, de las normas generales del Estado, pero internamente tomamos nuestras propias decisiones. El Estado lo sabe, pero no tiene otra opción que hacerse de la vista gorda.
Este proceso no es fácil, máxime cuando se habita una ciudad. Pues como dice José Alfredo "las ciudades destruyen las costumbres" y si de paso, está uno integrado a un gremio, cuyo patrón es el Estado, la cuestión se convierte en un verdadera pesadilla.
Un maestro tiene dos espacios de estratégica participación, en la comunidad frente a sus alumnos y el otro, en las oficinas frente a las normas que el estado diseña y determina para la educación. Las normas lo evalúan burocrática y tecnocráticamente. La comunidad los evalúa con sus propios criterios y cuando hay buenos resultados, hasta fiestas sinceras les organizan. Aquí la pregunta es;
¿ para quien se trabaja realmente ? para el Estado o para la comunidad. Unos trabajan para el patrón, otros para la comunidad. Viendo las cosas de esa manera, los maestros están sujetos a dos evaluaciones, la gubernamental y la social. El Estado-Gobierno, evalúa con números, con contenidos a repetir, lo que hace que el alumno tenga que memorizar para repetir. La comunidad evalúa si el rendimiento en sus hijos es evidente, tanto para su beneficio personal como para la comunidad.Podríamos afirmar que en educación se atiende a dos dueños, al Estado y a la sociedad. En este momento se violentan las relaciones con el Patrón-Estado, por la evaluación vertical que diseña. Pero con esto también se violenta la relación con la comunidad, por las ausencias en el espacio escolar. El patrón-Gobierno, culpa de los problemas a los maestros chafos, y la comunidad culpa a los maestros ausentes. ¿como resolver esta situación?.
En primera, si nos queda claro el doble lenguaje, lo importante en primera instancia es tener convencida y del lado del magisterio a la comunidad, incorporarla a la evaluación, pintar tecnocráticamente la evaluación gubernamental, pero realizar una buena relación con la comunidad, ¿como?, haciendo cada ves mejor la labor educativa. Claro, al maestro chafo, al que no le preocupa más que su chamba, no le conviene ni lo uno ni lo otro. Podemos concluir, que el verdadero problema lo porta el maestro chafo, pues el doble lenguaje se mantiene como resistencia al contenido mercantil de la enseñanza que diseña el Estado. Pero, una buena educación la aplaudiría la comunidad, con una inmediata fiesta.

Si estoy equivocado, háganmelo saber.

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