Diario Comunal 141: Ampliar el lenguaje, es subvertirlo.

Todos tenemos la necesidad de un código lingüístico para nombrar lo que percibimos. Para comunicar lo que sentimos, necesitamos de la palabra. Para explicarnos el mundo que vivimos, necesitamos de las palabras, para con ellas, exponer nuestra interpretación a los demás.
Pero con todo esto, nos encarcelamos, o aprisionamos nuestro pensar con los límites que nos marca la lengua que aprendemos y reproducimos. Mucho de lo que sentimos no podemos expresarlo por la falta de la palabra adecuada o necesaria.
La invención de nuevos términos, suena lógico ante su ausencia, esto que parecería un juego de palabras, no lo es, porque nos vemos cotidianamente presionados a sacudirnos de los dogmas en los que nos encierra el lenguaje. Un ejemplo es la palabra amor, otra la palabra democracia, otra puede ser la libertad. La palabra amor la usamos para todo, para mostrar nuestros afectos, que son muy diferentes, en cada persona, en cada sociedad, en cada región, en cada cultura, pero como no tenemos otra, pues decimos amor hasta a afectos que nada tienen que ver con ello. Esto mismo pasa con la democracia, lo mismo la usan, los intelectuales, que los Partidos políticos, que el gobierno, que los obreros, que los campesinos, que los guerrilleros, pero todos hablan de cosas distintas, desde lo que cada uno de ellos cree que es la democracia. Lo mismo el caso de la palabra libertad.
Esto nos lleva a una permanente confusión, entre lo que pensamos, sentimos y decimos que de paso escribimos. Un ejemplo de esta confusión, son los prestamos que tenemos que usar de otros idiomas ajenos al nuestro. Porque hay cosas que preferimos decirlo en otro idioma al no encontrar en el nuestro la palabra adecuada. Con todo esto, ahora imagínense ustedes la confusión que se da en una Región como la Oaxaqueña, en la que se usan más de 17 idiomas distintos, y cuarenta variantes o dialectos de cada microregión. Lo triste es que esto lo usa perfectamente quien tiene el poder, pues usa las palabras que usa el pueblo, para maniatarlo, para controlarlo, para calmarlo, para sujetarlo. En esto contribuyen los grandes pensadores, intelectuales o doctores que desde la academia, no lograr subvertir el orden que marca el lenguaje. Hacen falta palabras nuevas que representen con exactitud lo que queremos decir.

Un ejemplo que uso cotidianamente, es el hecho de que tanto Zapatistas, Magisterio Oaxaqueño, como Calderón y Peña nieto, usan como bandera; la libertad, la democracia y la justicia, ¿y entonces?, si las palabras son guías, estamos perdidos. No alcanzamos a saber quien dice la verdad. Sabemos que cada quien lo entiende desde su propia situación, pero las palabras son las mismas. Por eso concluyo, ampliemos el lenguaje, si queremos subvertir el orden que nos asfixia.

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