Diario Comunal 140: Ley de telecomunicaciones. La subversión ante el poder.
Debemos reconocer de principio que el
nacimiento de los medios comunitarios, -Radio, televisión, revistas etc.-, nuca
ha sido resultado de leyes establecidas por el poder constitucional. Todos
estos esfuerzos y resultados, han nacida para bregar contra la corriente, siempre
ha sido una respuesta a la política homogeneizadora del Estado, en todas las
latitudes del planeta. En la mayoría de los casos, han sido las necesidades
reales de la sociedad civil, la que ha inyectado de energía a estas
realizaciones. La sola diversidad social y cultural, es en si misma una
realidad contra hegemónica, y en nuestro período histórico, anti-colonial y
anti-capitalista. En este sentido, los medios comunitarios, son en la realidad
fuentes de subversión, provocada por los blockes hegemónicos en el poder, por
el ejemplo "el pacto por México".
Se tiene la experiencia de los Acuerdos de San
Andrés. El poder vio el peligro de insertarlos en la Constitución, y con manos
levantadas en su cámara, no fueron incluidos. Esto mismo pasa con la ley de telecomunicaciones
que se acaba de aprobar.
Para pensar, hacer, difundir, reproducir, lo
propio, nunca se ha pedido permiso a la Constitución para hacerlo.
Pensar que un Estado colonial, excluyente y
negador de la diversidad, va a cambiar, por si mismo, los principios que le
aglutinan y que defienden su poder, es hasta cierto punto, un razonar ingenuo
de nuestra parte. Por otra parte, insistir en que se nos señale con nuestro
nombre, es en lo profundo consolidar nuestra exclusión y la discriminación de
nuestras capacidades.
Tomemos consciencia de que somos piedras que
existimos contra corriente, Fortalezcamos nuestros espacios, con nuestra
propias capacidades y posibilidades. Si nunca hemos pedido permiso para
existir, no veo porque ahora lo tengamos que hacer.
El Estado Oaxaqueño, tardó dos siglos, para
reconocer un régimen político propio, que groseramente nominó "usos y
costumbres" , Lo hizo, es cierto, porque la realidad comunitaria de Oaxaca
es insoslayable. Pero un código federal hegemónico y aplanador, se deja llevar
por sus presiones masivas. Nuestra realidad o contexto de hormiga, en verdad no
le quita el sueño.
Nuestra existencia de hormiga, siempre va a
existir, valoremos nuestro modo contestatario de vivir. Porque ese pensar no
busca el poder, lo buscan aquellos que han caído en sus trampas de discurso, y
dentro de el Estado, pretenden reproducir sus particulares intereses. El poder
no hay que buscarlo, hay que destruirlo. Ya se ha empezado. las radios
comunitarias son un ejemplo, consolidemos ese proceso, abandonando banderas que
obnubilan, la claridad de nuestros principios. No pidamos peras al olmo,
reconozcamos que no jugamos su deporte, que vestimos ropaje distinto, que
producimos nuestro propio alimento.
La lucha es permanente, y se ha de dar con nuestra
propia energía. Por si lo dudan, vean lo que las policías comunitarias en
Guerrero señalan, y están logrando. A pesar de que les griten, que son
ilegales. O ya se olvidaron que los más famosos Guerrilleros Genaro y Lucio,
eran Guerrerenses. Navegadores contra corriente.
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