Diario Comunal 138 (para Susana): La Historia detrás del mito. Parte III y Final.
Después de casi seis horas de Viaje, en
terracería construidas para la extracción de madera, por fin llegamos a aquella
comunidad. Encontramos una clínica modesta del Seguro Social. Primero, no
tenían medicinas, des-inflamantes, antibióticos,habían unas simples vendas y
párale de contar. La enfermera, muy joven, se puso más que nerviosa al ver la
camioneta militar y aún más, el cuerpo de Susana, que por fortuna estaba
dormido. Para variar, el médico estaba en la ciudad, o ya no recuerdo si era su
día de descanso, el caso es que no estaba. De inmediato recorrimos la comunidad
en búsqueda de un transporte que nos llevara a Oaxaca. Después de recorrer las
pocas calles de aquella comunidad, encontramos la de un comerciante, nos
pusimos de acuerdo con el dueño, quien inmediatamente al saber del caso, aceptó
llevarnos a la Ciudad. Cumplimos el compromiso contraído con el comandante, de
retribuirles a los soldados, la gasolina que se había usado, que por fortuna
encontramos con el mismo comerciante que nos atendió, cambiamos de vehículo y
proseguimos el arribo de aquellas montañas, que deseábamos conocer a
profundidad.
eran ya las dos de la tarde, nuestros nervios
habían regresado a su estado normal, pero nuestra preocupación no
cesaba.Embarcados en el otro vehículo, nos acomodamos de tal manera que el
camino de regreso y fracasado nuestro afán conquistador, nos fuera más amable.
No les miento, habíamos salido a las nueve de la mañana de Zaniza, y entramos
al área de urgencias del Hospital del ISSSTE, a las nueve de la noche.
Lo demás ustedes ya lo pueden imaginar, tres
días después Susana estaba en su casa, vivíta y coleando, todavía con
moretones, pero al fin tranquila.
Después de 29 años, por fin he llegado a
Amoltepec. Para llegar a ese municipio, se puede por dos lados, por Sola de
Vega o por Tlaxiaco. Es una microregión Mixteca, que colinda con el Pueblo
Chatino, y con Sierra Sur. El municipio administra a más de una quincena de
Agencias municipales y otras tantas comunidades que no cuentan con registro
jurídico. Su naturaleza es Semi-árida, de matorrales con escasos manchones
verdes. Producen maíz, Frijol, Caña, y casi todas las comunidades cuentan con
camino de acceso. Cuentan con escuela preescolar y de primaria, secundaria en
la cabecera municipal, y aunque a raíz de problemas limítrofes con Zaniza, en
el pasado Amoltepec, se haya ganado un prestigio de zona de violencia, nuestra
presencia ahí no notó más que un férreo esfuerzo de maestros por dar
continuidad a las costumbres comunales y percibimos más que tensión, una fuerte
capacidad de intercambios comunitarios. La conclusión a la que llego, es que
mientras la comunidad moviliza su propia energía para la sobre vivencia, las
comunidades encuentran en su propia naturaleza, la formas de su reproducción
social, y si a esto se añade una fuerte conciencia magisterial por fundar su
labor en el conocimiento comunitario, nunca abra abandono, marginación, porque
estas categorías más bien explican nuestra mentalidad tecnocrática de medir a
todos con la misma regla, haciendo a un lado o desvalorando la diversidad
cultural, organizacional, económica y política. Al accidente de Susana, y a
nuestro padecer en ello, podemos agradecer, hoy por hoy, valorar con mayor
seriedad la capacidad de los pueblos Oaxaqueños por hacerse presente en este
universo.
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