Diario Comunal 135: De viajes y parranda.
Me llevaron a la microregión de Amoltepec. Fue
un encuentro de estudiantes, maestros y de padres de familia así como de
autoridades. No me cabe duda que dentro del magisterio hay de todo. Diría que
la diversidad de la sociedad Oaxaqueña se refleja en el magisterio. Lo que
aprecié de este gran encuentro, es que el magisterio tiene un enorme reto para
su transformación interna, y con ello, de la sociedad en su conjunto. Tienen en
su entorno una pluralidad cultural enriquecedora en todas sus aristas, una
realidad que posibilita y estructura una nueva filosofía de la vida, que tiene
como fundamento, principios contra-hegemónicos, impositivos externos que padecemos.
A mi juicio, no existe un contingente más organizado para la transformación de
la vida, que el mismo magisterio. Si, ese conglomerado que tantos dolores de
cabeza le da a la ciudad de Oaxaca.
En estos momentos los cambios que piensan los
maestros llevar a cabo a través del PTEO, son cambios que son muy sencillos si
se comprende que se parte del saber comunitario. Si realmente se parte de lo
que se tiene, de lo que facilita la vida, claro sin hacer aun lado obstáculos
que deben ser trascendidos. En Amoltepec por ejemplo, el adobe, o sea la
tierra, la cerámica, o sea el trabajo, la caña y el maíz, o sea el alimento,
fueron, para los ahí reunidos, el motivo central de su exposición. Reflejaban
en su tarea, la realidad que les define su labor. Esto que no debe ser extraño,
para muchos pasa desapercibido, el suelo que tiene la comunidad, sus habitantes
que pisan ese suelo, el trabajo que realizan los que habitan ese suelo y su
goce, que es lo que buscamos todos,, todo ello hecho en comunidad es una
lección trascendental, interpreto yo, una filosofía propia arrancada del
territorio que nos da y permite la vida.
En el Mamey, Amoltepec, se reúnen Marías
Filomenas, como Juanes o Pedros, que comparte el viento, el polvo, carencias y
comodidades, contradicciones y acuerdos. Ahí, como en todos lados, lo que se
observa, son los desniveles en los compromisos,
en las actitudes, en la entrega a esa misión,
que por mal que pueda ejecutarse, representan la energía con que cuenta el
Estado de Oaxaca en su afán por transformar sus condiciones.
Transformar puede ser nada fácil, si se
pretende introducir conocimientos ajenos, pero si se trabaja con lo que se
tiene, y se conoce en comunidad, la cuestión es más sencilla. Lo difícil es
realmente valorar lo que se tiene, y extraer de ello mayor conocimiento, o
simplemente evitar su pérdida. Hemos sido colonizados más de cinco siglos, por
ello no vemos en lo nuestro el ropaje necesario, hemos aprendido que lo mejor
es lo ajeno, y
con ello nos desvaloramos, y desvaloramos lo
propio en cualquier parte. Solo me resta decirles a los maestros que me
escucharon, que la solución para la transformación, esta en la naturaleza que
les rodea, abreven de ella y su fiesta será de mucho mayor y propio colorido.
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