Diario Comunal 118: Transformar la Educación es nadar hacia profundidades.

Todos vivimos y hacemos la cultura. Para interpretar el modo de apropiarnos del conocimiento, encontramos un primer obstáculo mayúsculo; el lenguaje. Toda cultura o modo de vida, tiene una lenguaje para expresarse, es decir un código de diálogo, unos dirían de comunicación. Los sentimientos son también cultura. y es a través del lenguaje que se exponen, El amor y el dolor tiene distintas y diversas maneras de expresarse. Todo es interpretado, según el código que se aprende, que se nos enseña, en la calle, en la casa, en la escuela. Hasta la muecas son la expresión de ese código.
Debemos reconocer, en primera instancia que vivimos y reproducimos una cultura esquizofrénica, en la medida que ni somos occidentales , ni naturales plenos. En gran parte, valores occidentales y naturales conviven en nosotros paralelamente, que expresan cierto sincretismo, lo que ha permitido que se nos señale como una cultura mestiza. Pocos logran identificar el paralelo cultural que portamos, quizás sean estos quienes han logrado la tan anhelada descolonización. Reconocer que se nos ha impuesto un modo de vida, de conocimiento, y por lo tanto un código de comunicación, es prioritario, para saber como transformar la educación. Pero tomar conciencia que nuestro organismo, conserva y reproduce otro modo de vida y de pensamiento, es vital para saber de donde partir para una transformación educativa. En otra palabras, es necesario deshilvanar nuestra esquizofrenia cultural cotidiana.
Conceptos como el amor, la libertad, la democracia, la justicia, deben ser cuestionados desde la profundidad, de lo que nos ofrece la naturaleza, es decir , desde un modo de vida natural.
Pongamos un ejemplo. Yo nací en San Pablo Guelatao, o Guelatao de Juárez. San Pablo es un hombre convertido en santo por los hombres, Guelatao es lagunita en Zapoteco. El primer nombre viene de una religión impuesta por los colonizadores, y Guelatao es el nombre de un lugar natural, con el paso de los años aparece Guelatao de Juárez, un nombre natural propiedad de un hombre. Es decir, el hombre se separa de la naturaleza en el primer apelativo, y en el segundo, aparece una naturaleza de la que se apropia un hombre. En ambos casos, las entidades; hombre y naturaleza se muestran separadas.
Dicho de otra manera, vivimos una esquizofrenia, dos modos de ver el mundo en el nombre de una comunidad.

Es esta situación la que se debe superar en una transformación educacional, No quiero decir que esto pueda lograrse de la noche a la mañana, pero lo importante radica es reconocer que se viven dos civilizaciones, dos lenguajes que revelan dos maneras de interpretar la vida, como también dos maneras de expresarlas o de comunicarlas. Esto, aunque se oiga sangrón, le llamo cuestión epistémica. El primer paso que debemos de aclarar si queremos una profunda transformación educativa.

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