Diario Comunal 107: Minería comunal no es lo mismo que minería privada.
Si bien es cierto que las comunidades que
poseemos territorios comunales, no pensamos en explotar su subsuelo, debemos
reconocer que el vivir envueltos en un sistema de racionalidad de mercado, que
separa el suelo del subsuelo, y que el subsuelo lo registra la Constitución
como un bien de la Nación, estamos presionados a lanzar al mercado las riquezas
de nuestras comunidades. Un claro ejemplo se vio en los ochenta, cuando las
comunidades para la defensa de sus bosques se vieron en la necesidad de crear
Empresas Comunales, para que básicamente beneficiaran a las comunidades, y que
su riqueza no quedara en manos de capitales foráneos. En otras palabras, la
separación entre suelo y subsuelo lo ven las mentalidades neoliberales, sean de
izquierda o de derecha. Nosotros no podemos separar nuestra piel de nuestros
pulmones, así mismo, los bosques de los minerales, máxime que entendemos que el
agua proviene del subsuelo principalmente de suelos forestados.
El coexistir en un capitalismo salvaje, nos
obliga a utilizar sus herramientas para nuestra autodefensa, por ello de las
Empresas Comunales. Vale la pena preguntarse de si la minería podría también
ser comunal, yo diría que si, que tenemos que hacerlo. De que se nos use
solamente como mano de obra para extraer una riqueza que beneficia a capitales
nacionales y transnacionales, es mejor que nuestras comunidades manejen la
inversiones como tales, es decir, como comunales. Es cierto, esto contradice
nuestro pensar profundo, pero también es una arma de defensa para las agresiones
que recibimos tanto en lo liberal-jurídico, como desde los capitales
financieros. Este es un verdadero problema a reflexionar en colectivo. Un
ejemplo cercano que hemos estado enfrentando son los parques eólicos. En el
Istmo, las comunidades se niegan a capitales privados y a el aprovechamiento
capitalista de los vientos, Para vencer la resistencia comunitaria, tanto los
Gobiernos como los empresarios echan mano o usan la divisiones internas que
emanan de la división de pensares partidistas. Es decir de la separación que
existe de las dos visiones que se dan en la actualidad, como ya lo hemos
comentado. Además de mecanismos de corrupción, que se han vuelto tradicionales
en este tipo de latrocinios. Otro caso, lo tiene Bolivia con su "necesaria
"explotación de petroleo en territorios originarios o comunitarios.
En la Sierra Juárez, ya ha habido minería
comunal, En Amatlán, se dio esta experiencia. Vale la pena consultarla. Por lo
pronto, al estar gobernados por una Constitución liberal y un Estado neoliberal,
nos obliga a las comunidades reflexionar en las medidas a tomar, las respuestas
podrían ser más sencillas, si lo pensamos desde lo comunal, pero esto se hace
conflictivo cuando no se tiene comunalmente el territorio. La gran enseñanza
que puede ofrecerse desde Capulalpan, (en el encuentro mesoamericano) es la
organización comunitaria, dicho de otra manera, la comunalidad para lograr el
buen vivir. Este encuentro ojalá permita abrir caminos audaces para defendernos
de la voracidad de los capitales transnacionales incluso gubernamentales.La
comunidad sede tiene la palabra.
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