En tiempos de pandemia...

En tiempos de pandemia, no alcanzo a comentarles lo que directamente pensamos. Les comparto lo que consideramos que se acerca más a lo que hemos escrito y platicado. Sin embargo es tan diverso el universo de opiniones, que tenemos que hacer ciertos señalamientos o precisiones para que lo que se lea, nos ayude a diseñar el futuro cercano.

No es desechable la idea de leer y reconocer el valor de lo que se dice, pensando en el proceso mundial ante ésta contingencia. Sin embargo, suena recomendable que expongamos a partir del contexto real que vivimos. Definir recomendaciones de los campos en los que más experiencia tengamos. Para nosotros es muy claro, que nuestra práctica comunitaria de vivir, es una fuerte barrera para la contaminación. Sin embargo debemos reconocer que no vivimos aislados. La geografía Oaxaqueña es una dura coraza, pero como alguien decía, nos defiende del exterior, pero nos encierra ante lo interior.

La dependencia alimentaria del exterior, nos reclama mayor vinculación a la tierra y su potencial. La cercanía de nuestros hijos, la que ya ni siquiera percibíamos, nos está haciendo reconocer que todos somos maestros. O por lo menos de que todos podemos enseñar y aprender.
Algo importantísimo es, reconocer la gran diferencia que existe en lo que enfrentan los habitantes de una ciudad, y nosotros que habitamos una comunidad, pequeña, comunalmente regulada, no sometida al arbitrio autoritario de ningún funcionario, y que por lo contrario todos nos vigilamos, señalándonos deberes apropiados, con un profundo respeto entre todos.

El momento nos está permitiendo saber que es lo que en verdad necesitamos como personas y como comunidad, pues a pesar de la distancia que se procura, la reflexión de lo necesario, y lo superfluo, se hace presente. Da oportunidad también, de reconocer que los varones hemos sido mutilados para el quehacer culinario, deficiencia que estamos en oportunidad de resolver.Por ahora, aunque sea en el lavado de trastes y la limpieza de la casa.

Más difícil, para los que dependemos de labores Universitarias, pues la tecnología, en la que tanto esperábamos, se comprueba que es limitada porque no está al acceso de todos, y que aunque llegara a todos, no es lo mismo, que aprender viviendo, cara a cara, en palabras y acciones, que repitiendo deberes señalados en un monitor. Ya no es tiempo de dictar, es tiempo de compartir acciones, por ahora desde el dormitorio, que por ahora aspira a ser hogar.

De todas formas sigamos leyendo, viendo, percibiendo, la vida de una manera no autómata como nos acostumbra el régimen de vida en el Poder.

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