Diario Comunal 312: ¿Y los viejos ?

Viejos son los cerros y reverdecen, dice el refrán. Y si es cierto, los viejos son cerros que cada día siembran en nosotros, principalmente preguntas, dudas, inquietudes, que agarramos y las convertimos en tareas de búsqueda diaria. Los viejos en las comunidades, son el recuerdo constante, que guía los pasos que se dan. No siempre tienen la razón, pero su vida, que es experiencia, es la claridad para que una comunidad pueda dar pasos seguros en su andar. La ciudad, arrumba a sus viejos, los enclaustra, los esconde. La comunidad los consulta, los hace trabajar hasta el último de sus suspiros. No todos llegamos a viejos, es cierto, y menos en estos tiempos, de tanta violencia y guerra. Mucho menos, llegamos a viejos los convencidos de querer seguir aprendiendo de todos. 
Los consejos de ancianos, son una verdad en una comunidad, en la ciudad son un estorbo. Pero esto ¿Qué es lo que significa?. La respuesta es sencilla, la ciudad está construida no para convivir, sino para esconder. La gente que llega a la ciudad, o bien es para vender sus productos, o para no ser visto, o bien para vivir como los que tienen el poder, en muchos casos para obscurecer su existencia que es perseguida en su comunidad. El peor de los casos, es para estudiar lo que no se sabe en su comunidad, y que en la ciudad, se aprende precisamente para dejar la comunidad. Los que ya nacen en la ciudad, ni modos, pero también se sienten solos, y separados del resto. El valor de los acianos o viejos, coincide con la importancia de hacer comunidad toda la vida. El trato a un anciano en la ciudad, es coincidente también con lo que hace la ciudad de la vida, la aísla, la enclaustra, la separa, la esconde. Un viejo en la comunidad, sintetiza la experiencia que sigue siendo útil, hasta su muerte, en la ciudad, la experiencia es un estorbo. Señalamos esto, porque es urgente pensar en el futuro de las ciudades, que se han convertido en asientos de poder y de muerte, de Mercado, que no controla nadie. 
Reflexionar sobre los viejos, es recuperar nuestra experiencia, la que tiramos a la basura, en aras de lo moderno, de lo que el mercado pone de moda, es darnos cuenta que lo viejo, cada día es nuevo, en la comunidad. En Otras palabras, comunalicemos la ciudad, en otros momentos propusimos ruralizar la ciudad, pero ahora señalamos a la comunalización como futuro reivindicador de todas nuestras capacidades, y de que veamos en los viejos a la experiencia, no a lo que estorba. Esto nos es volver al pasado, sino, reconocer lo que el poder ha tratado de desaparecer, para enseñorear su modernidad. Con esto recuerdo, a los viejos que siempre nos mantendrán jóvenes.

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