Diario Comunal 263.


Debemos confesar, que el estar colaborando en los foros para una nueva Ley Estatal de Educación, nos está permitiendo sumergirnos en las reales preocupaciones sobre esta labor. Nos deja sorprendidos, la enorme claridad que guarda el magisterio en sus exposiciones, de lo que quieren y de lo que no quieren.También debemos reconocer que se logra acarara los grandes vicios que trae consigo la labor educacional. De todos es sabido que la "sabiduría" se nos impuso de manera prepotente con la invasiòn europea. De que éramos animalitos sin alma y con una cabeza hueca que había que llenar y "salvar de las garras del demonio". Más tarde, esta prepotencia se institucionaliza, con nuestros hermanos liberales, convencidos de la Libertad y la igualdad. Siglos han pasado, y la idea de que somo animalitos sin alma no se nos sale de la cabeza. A eso se debe, que una buena parte de maestros quieran seguirse educando, para saber, para superarse, y a fin de acuentas para apoderarse del poder del conocimiento.
El sistema por su parte, no se cansa de repetir, que la fórmula del progreso, del desarrollo, del bienestar, de la buena vida, del buen vivir, es seguirse educando.
Esto es lo que nos atrevemos a cuestionar. Estamos conscientes de entender que el trabajo educacional es un oficio que permite la sobrevivencia de un sector de la población. Los que educan, los que industrializan para apoyar la educación, sus administradores, etc.pero el problema no radica en ello, sino en la obsecaciòn por educarse para educar, sin reconocer que la vida es educación. Es decir, que todos recibimos y hacemos educaciòn desde antes de nacer, al absorver las energías de la madre, y que al salir, nuestra percepción de la vida nos convierte en maestros y a la vez, en alumnos permanentes de nuestra vida.
A estas alturas, suena raro, seguir buscando autores que nos eduquen para educar bien, sin cuestionar el poder verticalmente expuesto que esta actitud conlleva. Consumir ideas, debemos reconocerlo, impide generalas. No queremos decir que hay que alejarnos de la lectura, no, pero SÏ, escribir nuestra experiencia y eso, en colectivo, integrarla para cimentar una actitud educativa cotidiana, que no se centre en el salón de clases, sino que ésta se econozca y se dé, en todo rincón. En otras palabras, dejar de ser consumidores, implica convertirnos en productores, ¿como?
pues integrando nuestra experiencia en colectivos, en comunidades, en organismos, etc. Entre varios, se genera conocimiento con sólo intercambiarlo, esto sgnifica valorarnos, y valorar a todos, y sobre todo a la vida, que realizamos día a día. 
Ha llegado el momento de dejar de pensar que necesitamos de los que saben, comprender que todos sabemos, y que este saber hemos de dejar de negarlo, como negamos nuestra propia existencia, a la luz de que deseamos tener lo que otros tienen, es decir, vivir la vida de otros y no la nuestra. #tioyim #comunalidad

Comentarios

Entradas populares de este blog

Diario Comunal 57.

#UACO

Diario Comunal 285: El tequio es una actividad integral social y natural.