Diario Comunal 06.

Gracias a los que recordaron mi cumpleaños. Esto me da pie a reflexionar entre lo que es calidad y lo que significa cantidad. Yo he estado formado más en el aprecio de la calidad, de vida, de relación, de trabajo, de sentimientos. La cantidad la he entendido o percibido como un auxiliar, ubico mi relación con el mundo en términos de calidad, puedo medirla si es que es necesario,

pero siempre le voy a lo primero. Pienso que un ser humano, no se mide por la edad sino por su reconocimiento del otro en si mismo. Puede tener cinco, o 61,si no respeta lo que recibe no da nada a cambio. La pretensión de medirlo todo, parece ser la bandera que empuña el razonamiento que se nos ha impuesto. Se mide lo que tienes, para saber que tanto vales. Al contrario, y volviendo al sentido común, yo creo más en "dime con quien andas y te diré quien eres", ya que no medir, es dar lo que tu eres, sea mucho o poco, pero el que lo aprecia siempre entenderá que eso es lo justo.

así pasan los años, que al medirlo todo, caemos en las garras de la enfermedad mercantil, no es un día que debe festejarse la existencia de una persona, todos los días son festejo cuando recibes retribución de lo que has dado. Yo siento más el transcurrir del día y la noche y esto lo perciben todos los seres vivientes, como también perciben la vida y la muerte.

Es cierto, nuestros ancestros medían los tiempos y calendarizaban, pero para ellos lo fundamental significaba su integración a la naturaleza, los tiempos para sembrar, para limpiar, para guarecerse, en fin para compartir la vida de la manera más natural. Es por ello que pienso que la medición es auxiliar, no es ni siquiera lo opuesto a la calidad, sino que entre ambas dimensiones, logran la complementaridad perfecta.

La cantidad como diosa de la producción, en el caso que padecemos, Capitalista, se le puede caracterizar como enfermedad, como una patología al servicio de unas cuantas personas, el reloj es el instrumento que se vuelve necesario. desde cualquier punto de vista, aferrarse a la calidad o a la cantidad como fórmula de pensamiento, rompe con la armonía vital que necesita el ser natural. No olvidemos en este caso, un cumple años sólo engorda al comerciante que medra de la festejación. Por ello cumplir años, yo simplemente lo aprecio como el uso de un reloj que te venden en tu día, algo más caro de lo normal. Por fortuna seguirá llegando la noche y de nueva cuenta el día, para seguir dando y en reciprocidad recibirlo todo, como lo que todos ustedes me dan.